martes, 15 de febrero de 2011

Primer día de clase y primer cuento

Hoy mismo, como cualquier otro día, cuando les digo si nos preparamos para el cuento, ya saben qué hacer para la “preparación” pero…¿cómo olvidar el primer día de clase cuando les intenté contar el primer cuento?...Es cierto que nadie lloró (a excepción de alguna lagrimita-lagrimón a la entrada) pero tampoco nadie se emocionó ni puso esos ojos como “oes” que ponen ahora. Supongo que el desconocimiento de la lengua hizo su papel, menos mal que rápidamente desenfundé el primer libro que les contaría en su trayectoria escolar…
Qué maravilla, El punto Rojo, como les gustó y les gusta (aún de vez en cuando me piden que les lea el cuento mágico. ¡Eso es tener memoria de elefante!). Les cuento que hay un punto de color rojo al que le gusta jugar al escondite y tienen que encontrarlo. Cada página de este libro pop-up despliega un dibujo en tres dimensiones donde el punto rojo se esconde, cambiando de tamaño pero nunca de forma ni de color. A medida que avanza el libro, cada vez hay más elementos: desde el 1 hasta el 10. Recomendable cien por cien: porque ayuda a fijar la atención, fomenta su imaginación y curiosidad, por las imágenes en dimensión, por los colores, por las formas casi artísticas,...
Así comenzó nuestro primer día de clase en septiembre: nerviosos pero ilusionados, curiosos pero prudentes y ante todo, con coherencia y bien encaminados: ese día pasamos del 1 al 10, del nada al todo.

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