Es que con un gorro como el que confeccionamos sólo cabía la posibilidad de hacer verdaderas exquisiteces...y nuestra segunda receta ha sido: Galletas contentas. Juntamos las dos clases, como buen hábito, e intantamos distribuir las mesas y sillas de tal forma que todos y todas se vieran cocinar. Después de ajustar los gorros, repartir mantelitos-servilleta para cada uno, explicar la receta, confeccionar una delante de ellos y explicarles que de las dos galletas contentas que haríamos una nos la comeríamos todos juntos y la otra la llevaríamos a casa de regalo, nos pusimos manos a la obra.
Y ya para acabar, Amparo con sirope de chocolate fue dibujándoles la boca sonriente.
Primero untamos la mermelada de fresa (más de uno a medida que iba poniendo iba lamiendo la cuchara o el cuchillo de plástico)
Después buscaron dos lacasitos del mismo color para los ojos.
Y ya para acabar, Amparo con sirope de chocolate fue dibujándoles la boca sonriente.
Como buen formalismo cantamos la canción de "Nyam, nyam" y esperamos a que todos acabaran para poder degustar una de las dos galletas todos juntos...
La otra, empaquetadita para casa.
Al día siguiente volvimos a hacer Galletas contentas para el resto de maestras de infantil y Santi, el conserje.